En este inicio de Semana Santa, Mons. Guillermo invitó a “asistir a las oraciones y a la celebración” de Semana Santa, ya que es considerado un tiempo de gracia.
Esta mañana a las 06:30, Domingo de Ramos, en la explanada de la Catedral, Mons. Guillermo Steckling, bendijo los ramos ante la presencia de una importante cantidad de feligreses. Posteriormente presidió la Santa Misa acompañado del Pbro. Ernesto Zacarías, párroco de la Catedral.
En su homilía el obispo pidió a la feligresía participar de las celebraciones de Semana Santa. “Hoy comienza un tiempo de gracia, ojalá que sepamos usar y aprovechar esta gracia. Está bien que haya fiesta, encuentro de familia, porque es la fraternidad que Jesús nos trajo, pero, está bien también asistir a las oraciones y a la celebración misma de estos días tan decisivos en la vida de Jesús y para la humanidad”.
A continuación, compartimos la homilía completa de Mons. Guillermo Steckling
Queridos hermanos y hermanas en la fe:
Hoy es el Domingo de Ramos. Estamos en la puerta de la Semana Santa. Hemos saludado al gran protagonista de esta semana como a un rey con palmas en la mano.
Hoy comienza un tiempo de gracia ojala que sepamos usar y aprovechar esta gracia. Está bien que haya fiesta, encuentro de familia porque es la fraternidad que Jesús nos trajo, pero está bien también asistir a las oraciones y a la celebración misma de estos días tan decisivos en la vida de Jesús y para la humanidad.
Una pregunta que nos podía guiar ¿Cómo Dios se nos da a conocer en esta semana mayor de nuestra fe?
Ya nos maravilla que Dios nos quiera salvar, no lo merecemos, las guerras que siempre de nuevo estallan, nuestros propios pecados, nuestra propia corrupción, la violencia. Todo esto dice no somos dignos de ser salvados. Como se dice popularmente que nos vayamos al infierno, pero sin embargo Dios quiere nuestra salvación. Esto ya nos maravilla. Dios se nos da a conocer como misericordioso, pero más nos sorprende la manera como nos salva
Si nos expresamos crudamente, según la mentalidad del mundo, debemos decir que el gran mesías aparece bajo la forma de un rey fracasado. La prueba, tres veces hemos escuchado casi lo mismo en el relato de la Pasión:
-«Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!»
▫ «Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!»
▫ «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
Entremos por esta puerta que abre la Semana Santa; es estrecha, pero es la única que se nos abre. El rey de la gloria ahora está en la cruz. ¿Creemos todavía en él, o mejor le damos la espalda? ¿Eres tú o debemos esperar a otro?
Algunas pistas. Los profetas ya habían anunciado un mesías sufriente (1ª lectura). Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban… no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. …endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado.
Continuar en el camino del Reino de Dios tal como Dios nos los presenta, no como nosotros nos lo imaginamos.
El Papa Francisco nos dice: Así como lo ha hecho en el Evangelio, cabalgando sobre un asno, viene a nosotros humildemente, pero viene «en el nombre del Señor»
En esta semana tenemos que ser fuertes como la de la Virgen de los Dolores. Seamos como el buen ladrón; no dice «baja de la cruz si eres el Rey», dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino.»
Amén.
Ciudad del Este, 10 de abril de 2022
Oficina de Comunicación y Prensa, Diócesis de Ciudad del Este
Leave a Reply