Hoy se celebra la festividad de la Virgen María Auxiliadora, la que sostiene en tiempos difíciles, además, ella es patrona del Agro de Alto Paraná. En la parroquia del km 20, que lleva el nombre de la Virgen, Mons. Guillermo Steckling presidió la misa central a las 09:00 hs ante una gran cantidad de feligreses, en su homilía animó a no rendirse ante los problemas, que esa no es la solución y, que acudamos siempre a María, que es nuestro auxilio en todo momento. También dijo que necesitamos del auxilio de la Virgen porque “nuestra lucha en la tierra es contra el pecado” y, que “un sólo pecado mortal es peor que un accidente fatal”. También se hizo una procesión con la imagen de la Virgen por la cuadra de la parroquia.
Homilía completa.
Queridos hermanos y hermanas. Hago mención especial del Padre inspector P. Mario Villalba, el cura párroco P. Antonio, los sacerdotes y diáconos que nos acompañan, las religiosas, los seminaristas y las autoridades aquí presentes, y todos los peregrinos que quieren honrar a la Virgen María, Auxiliadora de los cristianos, en este día de su fiesta.
Hemos venido aquí para honrar a nuestra madre, María, Auxiliadora de los cristianos, patrona del agro de Alto Paraná. Me preguntaba: ¿Por qué Auxiliadora? ¿Es que necesitamos auxilio? La respuesta es sí y no. Lo hombres y mujeres, jóvenes y niños cristianos pasamos momentos de inmensa alegría, pero hay también de tristeza y desesperación. Es más fácil ver la realidad de la lucha en otra parte, en cambio, cuesta más reconocer que está cerca de nosotros. Dice la biblia, lucharon el dragón y sus ángeles. Pensamos en las persecuciones, – Sri Lanka el domingo de pascua. Escuchamos noticias desagradables, inundaciones, etc. Pero si somos sinceros, también nosotros estamos en el combate hoy y aquí – necesitamos del auxilio divino. Dice el libro de Efesios (6:12) “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad”. La lucha es contra el pecado, un sólo pecado mortal es peor que un accidente fatal.
Las precariedades. Las miserias. La falta de ingreso, el desamparo de jóvenes frente a la mala junta, las emergencias de la enfermedad, el mal y satanás el enemigo de Dios, nos meten miedo. Y por miedo decimos que todo está bien, o que no se puede hacer nada. -Menciona la biblia que apareció otra señal en el cielo, un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos- Pero el miedo y el rendirse no es la solución. Necesitamos el auxilio de Dios. Acudamos al auxilio divino, y Dios confía gran parte de este auxilio a una mujer, a la Virgen María. En realidad, todo lo hace pasar por sus manos, ella es medianera de todas las gracias.
Apareció una figura portentosa en el cielo: “una Mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada de doce estrellas”. Vencemos con la Virgen María. -Fue despechado el dragón por causa de la mujer-. El mal puede ser vencido, y ya está vencido. ¿Y cómo debemos vivir entonces?. Acudir a la Virgen, hasta llorar ante ella – no quedarnos resignados, sin esperanza. María está ahí. Había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Ella siempre está cerca, estar atentos hasta que ella nos indique la solución. “Haced lo que Él diga”. Llenen los cambuchí (tinajas) con agua. Ella ve nuestra necesidad, y ella nos indicará la solución. Amén.
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