Misa de Corpus Christi: La alianza con Dios no se romperá si quedamos en comunión con Jesús

En la Misa de Corpus Christi, Mons. Guillermo Steckling enfatizó que “la nueva alianza con Dios no se romperá” si permanecemos “en comunión con Jesús, y como comunidad de discípulos que él ha fundado”.

En la tarde del domingo 6 de junio,  Mons. Guillermo Steckling, obispo de la diócesis, celebró y predicó la Misa de las 16 horas en la Solemnidad de Corpus Christi.   Concelebraron Pbro. Ernesto Zacarías, párroco de la Iglesia Catedral y el P. César Velastiqui.

En su homilía Mons. Guillermo enfatizó que el Evangelio trata “sobre la institución de la Eucaristía” que dice: “Después [Jesús] tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella y les dijo: «Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.” Y en la carta a los Hebreos escuchamos como una aclaración de lo que pasa en cada Santa Misa: “Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres.”

En tal sentido, el obispo aclaró que esta alianza con Dios no se romperá si permanecemos en “comunión  con Jesús, y como comunidad de discípulos que él ha fundado”, es decir, “como Iglesia”, y agregó que “ Jesús se comprometió en vez de nosotros” de ser nuestro mediador “dando una garantía de inmenso valor”.

Así también Mons. Guillermo recordó a los presentes que “estamos en el año de la eucaristía” y explicó que “esta solemnidad se llama oficialmente la del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo” como también “se conoce desde la edad media, tomando su origen en Bélgica”.

Posteriormente mencionó que las “lecturas de la misa nos invitan este año a una reflexión, especialmente sobre la Sangre de Cristo, llamada por el Señor “Sangre de la alianza nueva y eterna”.

La Eucaristía quema en nosotros las actitudes egoístas

Por último, mencionó la frase del Papa Francisco: “La Eucaristía es una presencia que, como un fuego quema en nosotros las actitudes egoístas, nos purifica de la tendencia a dar sólo cuando hemos recibido, y enciende el deseo de hacernos también nosotros en unión con Jesús pan partido y sangre derramada por los hermanos.”