Vigilia Pascual: Homilía de Mons. Guillermo Steckling

Sábado 16 de abril de 2022

Queridos hermanos y hermanas en la fe:

Me acuerdo de que cuando recién estaba descubriendo mi fe yo no sabía qué significaba «misterio pascual», era para mí un término desconocido, sin embargo, se trata del meollo de nuestra fe.

Pero no importan los términos. Sólo importa el mensaje que es sencillo: Cristo vive, Cristo ha vuelto de la muerte a la vida.

¿Cómo fue al inicio cuando este mensaje resonó por primera vez? Observamos que la novedad se abre camino paso a paso. Cada paso tiene un significado.

Hay una piedra que obstruye el acceso al cuerpo de Jesús, pero ¡sorpresa! Las mujeres la encuentran ya removida. – Esto significa que Dios nos puede dar sorpresas.

Luego las mujeres «Entraron en el sepulcro». Esto significa que hay que atreverse y entrar en el misterio. Fue todo un grupo de mujeres: «Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban.»

Después todas ellas ven a dos hombres con «vestiduras deslumbrantes». Están «llenas de temor», y ni siquiera quieren mirar, pero ellos les hablan:  «¿Porqué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado.»

Después les dicen: Recuerden. «Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea…  Y las mujeres recordaron sus palabras.

Hacer memoria de lo que Dios ha hecho por mí, por nosotros. Como lo hemos hecho hoy con las lecturas. Y de ahí comienza el anuncio de la gran novedad, que se abrirá camino también paso a paso. Para terminar, notemos que la vida nueva no es sólo para Jesús

Sí, primero, se nos revela quién es Jesús. No es simplemente que haya vuelto a vivir, sino que es la vida misma. Pero después vale: «nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él.» «si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.»

Concluyo con algunas palabras de nuestro Papa: «Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura…, y es ahí donde está la muerte. No busquemos ahí a Aquel que vive. Acepta entonces que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ¡Él es la vida!

Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso: te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado. Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere.» Amén.

Obispo de la Diócesis de Ciudad del Este