TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

“El gozo de la espera” (Gaudete)

La antífona d entrada de este tercer domingo nos recuerda que hoy es el día de la alegría. “Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense, pues el Señor está cerca”. La Navidad está cerca, por tanto el Señor está cerca. La invitación a la alegría está dirigida a todos.

La palabra de Dios en este domingo de Gaudete nos alienta a estar siempre alegres:

La primera lectura del libro del profeta Isaías (Is 35, 1- 6a.8a.10) nos muestra que Dios quiere ofrecernos siempre la alegría. Aunque en nuestra vida experimentamos muchas situaciones dolorosas y preocupantes, Dios tiene un proyecto de bienestar para todos. El tiempo mesiánico será un tiempo de nueva creación. Y los rescatados del Señor volverán a Sion con canticos donde las penas serán reemplazadas por la alegría y el gozo.

La segunda lectura de la carta de Pablo a Santiago (Sant 5, 7-10), nos invita a remar contra corriente en un mundo donde se busca soluciones inmediatas. Esta carta nos anima a tener paciencia, a saber esperar en paz. Tener presente que hay cosas que requieren de tiempo como la germinación de la semilla y su proceso hasta producir sus frutos. “tengan paciencia y anímense, porque la venida del Señor está cerca”.

El evangelio de san Mateo (Mt 11, 2-11), el Evangelio no habla de alegría pero la respuesta que Jesús da a los discípulos del Bautista, denota que la profecía de Isaías ya está cumpliéndose; “Vayan a contar a Juan, lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados… los muertos resucitan y la buena noticia es anunciada a los pobres”.

1-  Ven Señor a Salvarnos

El Salmo 145, 6- 10 describe la fidelidad de Dios que es siempre favorable a los oprimidos dando libertad a los cautivos. Por eso su responsorio proclama este pedido: “Ven, Señor, a salvarnos”. Esta petición tan sencilla tiene alcances y significados diversos, dependiendo de la persona que la haga.

1º. Una criatura que está parada frente a un pesebre donde está presente todos los personajes: la sagrada familia, los animales, los pastorcillos, el árbol y las luces de navidad, y todos los adornos de caramelos, y golosinas, la petición “Ven, Señor, a salvarnos” seguramente será el inmenso deseo de que llegue el día en que se vista su nueva ropa y que se reparte todos los regalos y golosinas navideños.

2º. Para el discípulo y misionero de Jesús que vive con espíritu de fe esta tiempo dedicado a la preparación para celebrar la Navidad, la petición “Ven, Señor, a salvarnos” significará el deseo del bienestar familiar y la satisfacción de las necesidades

del hogar. Que en el hogar no falte nada para celebrar con gozo la fiesta como anticipo del bienestar durante el año y preparación para la alegría eterna.

3º. Para los abuelos de edad ya muy mayor, la oración “Ven, Señor, a salvarnos” significará una profunda y serena oración de petición por toda su familia: hijos, nietos, bisnietos… para que el Señor venga y los proteja de todo mal, de tal forma que no se aparte de los valores éticos y religiosos que recibieron como principios de sana educación. Al mismo tiempo, le pedirán a Dios que les dé esa paz y esa serenidad interior para ir asumiendo sus enfermedades y esas limitaciones que son consecuencias del paso de los años manifestada en las arrugas del rostro y en la pérdida de la autonomía que hace que necesiten cada vez más de los otros.

4º. Para los pobres o indigentes, el responsorio “Ven, Señor, a salvarnos” expresa la agotadora ansiedad que viven día a día para que nada le falte a la familia en medio de situaciones muy difíciles, dolorosas y duras, como la carencia de lo necesario para una vida digna: trabajo, vivienda, estudios para los hijos, salud, etc., sin olvidar el riesgo de las drogas, la situación de inseguridad y la violencia en los barrios y la falta de oportunidades que padecen; ven Señor a salvarnos de todos estos males.

Podemos seguir con muchos otros ejemplos sobre este responsorio y lo que significa “Ven, Señor, a salvarnos”: para el sacerdote, el médico, el obrero, el joven, los estudiantes, los comerciantes, las autoridades, los políticos, etc… pero como vemos, esta sencilla expresión sintetiza las expectativas del Adviento, expresando sentimientos y situaciones muy diferentes según quien lo pronuncia. Y para nosotros que significado tiene este responsorio: ¿Cuál es el sentido de “Ven Señor a salvarnos”?

2-  La alegría evangélica

¿Cuáles son los efectos que produce Jesús en la vida de su discípulo y misionero? Que produce su presencia en nuestra vida. Jesús con su presencia nos trae la alegría de la sanación, la liberación, el perdón, la nueva vida transformada por la gracia. Estos son los signos auténticos de la alegría evangélica en la vida de cada uno de los bautizados.

Él nos sana de toda dolencia generada por el mal: enfermedades físicas, psicológica, morales, espirituales. La presencia de su gracia en la vida, hace que todas las circunstancias que nos envuelve se transformen en ocasión de gracia y testimonio de fe.

Jesús nos libera: de toda clase de esclavitud, sea espiritual, material, política, económica, malos hábitos, costumbres desordenadas, envidias, avaricias, egoísmos, etc. nos trae la verdadera salud y libertad.

Él nos trae el perdón: de todos nuestros pecados, no importa la gravedad del acto, para recibir su perdón que restaura todas las heridas del alma, es suficiente el arrepentimiento sincero y el propósito de no incurrir más en ofenderle. Para eso él nace en Belén y entrega su vida en la cruz, y resucita para darnos la salud integral.

Jesús nos trae la vida nueva: el nacimiento de Jesús parte la historia en un antes y un después (AC y DC). A partir de su encarnación, nacimiento, vida, muerte y resurrección, la humanidad ha recibido el gran regalo de la recreación. En Cristo somos renovados como hombres nuevos para servir a Dios con alegría asegurando la vida en abundancia que es la vida eterna. “Es muy interesante que Jesús no presenta como credenciales de su mesianismo la observancia de la ley o los ayunos realizados, como lo harían los judíos ortodoxos. Sus credenciales como Mesías son signos liberadores realizados a favor de los excluidos de la sociedad; Jesús realiza gestos de vida”1, para esto viene Él, para darnos vida en abundancia.

Conclusión

“La felicidad plena sólo se hallará en aquella vida donde ya nadie será siervo”2. Este domingo de Gaudete o de alegría, sea verdaderamente ocasión para considerar con seriedad el motivo del nacimiento de Jesús: liberación de los cautivos, salud de los enfermos, y sobre todo rompimiento de la cadena que esclaviza que es el pecado. Jesús nos trae la gracia de ser transformado de siervo en hijo de Dios, esta es la verdadera alegría y felicidad. Señor danos la alegría salvándonos.

Oficina de Comunicación y Prensa, Diócesis de Ciudad del Este.

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