Mons. Steckling inicia el mes de la Biblia en la Basílica de Caacupé

Este domingo 6 de setiembre, Mons. Guillermo Steckling, obispo de la Diócesis de Ciudad del Este y responsable de la Animación Bíblica Pastoral (ABP) y Catequesis de la Conferencia Episcopal Paraguaya, presidió en la Basílica Santuario de Caacupé la misa de las 7 horas en el marco del inicio del mes de la Biblia. Así también estuvo presente el P. Teresio Franco, secretario ejecutivo de la ABP y miembros de la Pastoral Bíblica.

En su homilía Mons. Steckling saludo a los jóvenes en recordación al mes de la primavera y mencionó que también “estamos en el mes de la Biblia”, año de la Palabra de Dios, que tuvo su lanzamiento en la Basílica de Caacupé en diciembre del año pasado.

En este sentido puso de manifestó que en el lanzamiento de la Palabra de Dios se tenían grandes proyectos, como realizar un congreso que aglutine a mucha gente, acercar las Biblias a los hogares, “pero Dios cambió nuestros planes, hacemos conferencias virtuales, nos quedamos en casa. La pregunta es si esto sería una Palabra de Dios en este año 2020”, se preguntó el obispo.

Luego invitó a reflexionar sobre: “¿Qué nos dice el Señor en este tiempo actual? “Dios no ignora lo que estamos pasando, nos mira desde la cruz, nuestra Madre la Virgen está muy al tanto, así hacemos lo que está escrito en el Salmo: doblemos la rodilla ante el señor que nos creó porque él es nuestro Dios y nosotros el pueblo que él apacienta. Dejemos otra vez a Dios en su lugar, nosotros somos criaturas, hemos recibido la vida de él, la devolveremos a él y estamos en sus manos, pero, tal vez, nos hemos olvidado de doblar la rodilla”, agregó.

En este contexto mencionó parte de la frase del Salmo 95: “Ojalá hoy escuchen la voz del Señor, no endurezcan el corazón”, como así también parte del Evangelio del día: “Si tu hermano te escucha lo habrás ganado” y añadió “que si escuchamos a Dios hemos ganado la vida”.

Por último invitó a leer la Biblia y explicó que también existen otras formas de acercarse a Dios y escucharlo, como el ejercicio de la “Lectio Divina” y “mejor si se hace en grupo o en familia”.

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