Mons. Guillermo:  El martirio y la eucaristía nos dan fuerzas

En la misa central de esta mañana, presidida y predicada por Mons. Guillermo Steckling, obispo de Ciudad del Este, habló de la vida de San Blas y cómo el martirio y la eucaristía pudieron conjugarse en la vida del Santo. La Celebración Eucarística de la fiesta de San Blas, tuvo lugar en la Catedral de Ciudad del Este a las 08:00 hs.

A continuación, compartimos la homilía completa de Mons. Guillermo

Queridos hermanos y hermanas,

En este año 2021 celebramos la fiesta de San Blas en el marco del Año de la eucaristía.

Y ¿cómo hacemos la conexión entre el popular San Blas y la última cena de Jesús?

Por un lado, es cierto San Blas en aquellos tiempos hace 1600 años celebró también la santa misa, tal vez de una manera diferente, pero era el memorial del sacrificio de Jesús.

Creo que más significativo es trazar un nexo entre la Eucaristía y San Blas, por el hecho de que es mártir. Jesús es el principal mártir, y su sacrifico se anticipa en la última cena. Su cuerpo entregado y su sangre derramada, toda su persona se convierten en pan y vino.

Algo parecido sucede en los mártires. Se sacrifican con Cristo para ser testigos hasta la sangre, y dar vida a toda la Iglesia. Su canto sería: yo quiero ser pan… San Ignacio de Antioquía escribe: Soy trigo de Dios, y he de ser molido por los dientes de las fieras, para llegar a ser pan limpio de Cristo.

Celebramos el Año de la eucaristía. Algunos se habrán preguntado: ¿No sería mejor dejarlo para el año que viene? Queremos realizar un congreso eucarístico nacional, otros diocesanos…

Carta de los Obispos: “Podemos incluso pensar, que no estarían dadas las mejores condiciones para celebrar un año con un tema tan central, pero no es así. La celebración eucarística acompaña todos los momentos de nuestra vida, los buenos y los malos, y nos da la gracia para ahondar en el misterio de Cristo y de la Iglesia.”

Justamente necesitamos la cena del Señor en los momentos difíciles de nuestras vidas.  La Última cena de Da Vinci capta la escena más dramática de esta primera eucaristía: Jesús anuncia que uno de sus amigos lo va a traicionar. ¡Qué momento difícil en una fiesta de la Pascua judía, tan solemne!

Si logramos conectar la eucaristía con nuestros propios sacrificios, todo cobra un nuevo sentido. Pablo: nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia… la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.

Vivamos la eucaristía en nuestras vidas también cumpliendo las palabras del Evangelio: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.”

San Blas anunció la buena notica a toda la creación. Se fue a todo el mundo, incluso después de su muerte. Muchos le creyeron y otros no creyeron y le condenaron a sufrir y morir. Esto se repite en nosotros hoy. El martirio, y sobre todo la misma eucaristía nos enseñan el camino y nos fortalecen en la lucha, especialmente en tiempos difíciles.

Amén.

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