En un mensaje lleno de esperanza y espiritualidad, Mons. Pedro Colar Noguera, obispo de la Diócesis de Ciudad del Este y delegado de la CEP, se dirige a la feligresía católica con motivo de la celebración del 53° Congreso Eucarístico Internacional que tendrá lugar del 8 al 15 de septiembre en Quito, Ecuador.
A continuación el mensaje completo del obispo:
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Me dirijo a ustedes con el propósito de saludarles con la paz del Señor y compartir la alegre noticia: tendremos el honor de participar en el 53° Congreso Eucarístico Internacional, que se llevará a cabo en Quito, Ecuador, del 8 al 15 de septiembre. En este importante evento participarán también Mons. Edmundo Valenzuela Mellid, SDB, Arzobispo Emérito de la Santísima Asunción y el Pbro. Fabio Recalde Barúa, párroco de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús- Catedral de la nueva diócesis de Canindeyú. El lema de este congreso, «Fraternidad para sanar el mundo», acompañado de la cita «Ustedes son todos hermanos» (Mt 28,3). Nos invita a reflexionar sobre los efectos de la Eucaristía en su dimensión reconciliadora y sanadora en un mundo herido por la indiferencia, el individualismo y la violencia.
Un Congreso Eucarístico Internacional es una asamblea convocada por el Papa, en la cual la Iglesia Católica se reúne durante varios días en una ciudad designada por la Santa Sede. Su propósito es rendir culto a la Eucaristía y orientar la misión de la Iglesia en el mundo. Este evento congrega a obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos, bajo la presidencia del Papa o de un delegado designado específicamente para la ocasión.
He tenido la bendición de participar en diversos congresos eucarísticos. En junio de 2016, asistí al Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán, Argentina, donde se reflexionó bajo el lema: «Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos». Al año siguiente, formé parte del Congreso Eucarístico Arquidiocesano en Asunción, con el lema «Abrazarse a Cristo Jesús». En 2021, participé en el 52° Congreso Eucarístico Internacional en Budapest, Hungría, que tuvo como lema “Todas mis fuentes están en ti” (Sal 87,7). Estas experiencias han sido profundamente enriquecedoras desde el punto de vista espiritual, eclesial y cultural, contribuyendo a una renovada apreciación del misterio eucarístico y favoreciendo el crecimiento en la vida de fe, esperanza y amor.
Después de 20 años, el Congreso Eucarístico Internacional regresa a Latinoamérica, siendo la última sede Guadalajara, México, en 2004. El papa Francisco designó a Quito como sede con motivo de la conmemoración de los 150 años de la consagración de la capital ecuatoriana al Sagrado Corazón de Jesús.
Del costado traspasado de Cristo en la cruz, brotó sangre y agua, como relata el evangelista Juan (cf. Jn 19, 34), signos del Bautismo y de la Eucaristía, fuente y cumbre de la Iglesia. Sin duda, la Eucaristía celebrada con asombro este Misterio Pascual; es el lugar principal de devoción al Corazón de Cristo. Pablo VI afirmó: «Deseamos que, a través de una participación más intensa en el sacramento del altar, se honre el Corazón de Jesús, cuyo don más grande es precisamente la Eucaristía. No se trata solo de sanar las relaciones entre los diversos pueblos que habitan la faz de la tierra, sino de sanar las heridas del corazón humano que dificultan la paz y la reconciliación». Es en la Eucaristía donde los hijos del Padre celestial, hermanos en Cristo, realizan la más profunda comunión con Dios y fraternidad entre ellos. Celebrar la Eucaristía es sumergirse en el horno del amor de Dios, donde se acrisola la comunión eclesial (Documento base N. 6).
Les invito a que nos acompañen con sus oraciones y que por medio de las redes sociales se difunda tan importante evento eclesial. Que nuestras celebraciones eucarísticas nos envíen siempre a sanar las heridas del corazón y del mundo, promoviendo la Buena Nueva y la fraternidad.
+ Mons. Pedro Collar Noguera
Obispo de Ciudad del Este
Delegado de la Conferencia Episcopal Paraguaya
en el Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales
A continuación, presentamos la oración oficial del Congreso Eucarístico Internacional Quito 2024:
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