El Papa recientemente nos ha invitado a participar en una jornada de oración y ayuno. El 14 de mayo todas las religiones se juntan para pedir que Dios «ayude a la humanidad a superar la pandemia del coronavirus» (Papa Francisco).
Esta es una oportunidad para rezar junto a todos los habitantes de este mundo. Globalmente los no-cristianos conforman la gran mayoría, no así en el Paraguay. Pero recemos y ayunemos también nosotros, uniéndonos por lo menos espiritualmente a los musulmanes, los budistas, los que siguen sus religiones tradicionales y todos los que veneran a un ser supremo, o a aquel Dios desconocido cuyo altar San Pablo encontró en Atenas (Hc 17,23). El 14 de mayo, formemos parte de la corriente de religiones en favor de la paz.
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