Aquí compartimos el mensaje emitido por Mons. Guillermo Steckling en la Iglesia Catedral de Ciudad del Este el 24 de enero al medio día, marcando el inicio del novenario en honor al Santo Patrono San Blas.
Comenzamos nuestra fiesta patronal como siempre con un saludo a nuestra madre, la Virgen María. A las 12 horas, en la plenitud del día, recordamos la plenitud de los tiempos cuando el Ángel del Señor anunció a María, Angelus Domini nuntiavit Mariae.
El lema del novenario está en sintonía con el Año de la Palabra de Dios que se ha proclamado en el Paraguay y muchos otros países. El lema reza así: “nos ardía el corazón cuando él, Jesús, nos explicaba las Escrituras”. – Aquí se habla de entusiasmo y pasión. La religión tiene que ser como el agua para el mate: estar en el primer hervor. Los primeros seguidores de Jesús sentían arder su corazón cuando el Señor en persona les hacía ver sus propias vidas y experiencias con nuevos ojos, diciendo: ¿no estaba escrito que tenía que suceder así? Así, este año y en este novenario queremos leer nuestra vidas con nuevo ojos y poniendo los anteojos de la Palabra de Dios. Cada día tendrá un tema sobre un aspecto de la vida que queremos interpretar, por ejemplo: la Palabra de Dios y la Creación, la Palabra de Dios y la Familia…, la juventud…, el compromiso con los pobres etc.
En el día de San Blas, desde siempre la Diócesis y la Ciudad celebramos juntos nuestra fiesta ya que fue un tres de febrero que nació este municipio que cumple ahora 63 años. Una ciudad es como un organismo: tiene su estructura ósea, cuenta con músculos fuertes y con cerebros pensantes. Sin embargo, para vivir y para ser ciudad verdaderamente humana necesita no olvidar su alma. La Iglesia y todas las comunidades de fe quieren cuidar el alma de nuestra ciudad. Ella es algo misterioso que proviene de Dios y se manifiesta en nuestras actitudes, especialmente en la manera cómo tratamos a los más necesitados.
Que estos días de fiesta sean un hermoso tiempo de convivencia, de fraternidad con todos, de fiesta común, de música y cultura y de una conexión más profunda con nuestro Dios, aquel que se hizo carne en la Virgen María en la hora del ángelus.
Les deseo a todos ustedes que juntos gocemos de un hermoso novenario y celebremos con fervor a nuestro mártir y obispo San Blas, testigo de una fe invencible en Dios y solidaria con los hombres.
Mons. Guillermo Steckling
Obispo de Ciudad del Este
Leave a Reply