Homilía: Primer Domingo de Cuaresma

“Tentación y Conversión”


Homilía

Las lecturas de este primer domingo de cuaresma nos hablan de la tentación, la conversión, la buena noticia, el bautismo. Invito a centrar nuestra atención en la tentación y la conversión.


La primera lectura del libro del Génesis (Gn 9, 8-15) habla de la promesa de Dios después del diluvio. “Yo estableceré mi Alianza con ustedes: los mortales ya no volverán a ser exterminados por las aguas del diluvio…”.


La segunda lectura la primera carta de Pedro (1Pe 3, 18-22) nos presenta el diluvio como prefiguración del bautismo. “Noé construía el arca. En ella unos pocos se salvaron a través del agua. Todo esto es figura del bautismo por el que ustedes ahora son salvados…”


El evangelio de san Marcos (Mc 1, 12-15) en pocas palabras nos presentan con mucha densidad la tentación, la conversión y la buena noticia. “el Espíritu llevó a Jesús al desierto, donde fue tentado por satanás…después del arresto de Juan el Bautista fue a Galilea donde proclamaba la buena noticia de Dios diciendo: el reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la buena noticia”.


1- Cuaresma de conversión
La cuaresma es para nosotros un tiempo de conversión espiritual para hacer frente a las fuerzas del mal mediante la oración, el ayuno y la limosna, con la ayuda de Dios llegando a ser capaces de hacer frente a las tentaciones de la vida cotidiana.


El diluvio del Antiguo Testamento, revela que Dios quiere eliminar el mal de la faz de la tierra, la figura sobreviviente de Noé y su familia es un nuevo comienzo, el inicio de una nueva vida.
La cuaresma es nuestro desierto, nuestro diluvio que quiere purificarnos de toda realidad que atenta contra la dignidad y el derecho de los hijos de Dios.


“La carta de Pedro nos enseña en la segunda lectura, que este acontecimiento extraordinario de salvación tras el diluvio era una prefiguración de la salvación cristiana, que se realiza en el bautismo”. Todos los bautizados en nombre de la Trinidad, debemos vivir intensamente esta cuaresma como preparación inmediata para celebrar las fiestas pascuales durante la semana santa y como preparación remota para el encuentro definitivo con Dios en su gloria eterna.
2- Las tentaciones de hoy

El tiempo que vivimos presenta sus características propias debido al gran problema que aqueja a todos sin excepción. En un contexto de pandemia, si no mantenemos alerta y vivo nuestros compromisos bautismales las tentaciones propias de la época pueden agotarnos cansarnos y vencernos fácilmente.


Tentación a minimizar las cosas: a esta altura de la pandemia, muchos ya quieren bajar la guardia ante los cuidados sanitarios, sin embargo la sociedad sigue sumando victimas fatales, personas, amigos, familiares con quienes hoy hablamos, mañana lamentamos su partida. No hay que bajar la guardia, como hijos e hijas de Dios debemos ser responsables uno de otros a no ser que sigamos el mal ejemplo de Caín que se negó a cuidar a su hermano Abel.


Tentación contra la esperanza: En estos tiempos, son muy frecuentes los mensajes pesimistas en las conversaciones cotidianas, así como las noticias publicadas. No podemos permitir que la toxina de las malas noticias nos haga perder la capacidad de mirar hacia el futuro con fe y esperanza. Podemos hacer que esta gran crisis se convierta en oportunidad de crecimiento y superación hacia una nueva actitud que transforma la comunidad en unas relaciones de solidaridad con nuestros hermanos y rediseñemos un nuevo modo de interacción con la naturaleza, con los demás y con Dios. Pasar de las injusticias y la corrupción a la honestidad y espíritu de servicio por un bien común que pueda alcanzar a todos.


Tentación de la inseguridad y el miedo: “Tenemos sobrados motivos para estar asustados dada la fuerza con que el virus está atacando a la sociedad. Pero no podemos permitir que el miedo nos conduzca a la parálisis de las actividades diarias. Con prudencia, los niños y los jóvenes tienen que regresar a las instituciones educativas; hay que retornar, poco a poco y tomando todas las medidas, a los encuentros con los familiares y amigos con mucha prudencia; la actividad económica debe ir aumentando; la vida cultural debe reactivarse. La respuesta a la pandemia no puede ser el encierro indefinido, sino el cumplimiento estricto de las reglas básicas de bioseguridad”.


Tentación de revelarse contra Dios: “Algunas personas reaccionan agresivamente contra Dios pues le atribuyen la culpa de la pandemia. No levantemos acusaciones falsas. Los culpables somos nosotros, los seres humanos, que hemos invadido el hábitat natural en el que han vivido, durante millones de años, especies salvajes. Esta proximidad agresiva facilita el tránsito de patógenos del reino animal a los seres humanos. La destrucción del medio ambiente desata procesos de consecuencias inimaginables. Hemos destruido la armonía de la naturaleza, sabiamente establecida por Dios”


Tentación de la ingenuidad: pensar que todo volverá a ser como antes, querer aferrarnos a un pasado que no volverá, muchos anhelan volver al pasado pensando ¿cuándo se normalizara todo como antes? ¡Sería bueno vencer a la ingenuidad, que fueran despertando! Gracias a Dios que muchas cosas cambiaron definitivamente. Una realidad nueva se está instalando ante nuestros sentidos, aunque muchos no quieren admitirla ni verla. Superemos la tentación de retroceder ingenuamente en el túnel del tiempo y tengamos la mente abierta para innovar según el soplo del Espíritu “Envía Señor tu Espíritu y se renovará la faz de la tierra, dice la oración…”.


Conclusión
Estamos en pleno camino cuaresmal, procuremos seguir el sendero que nos marca la palabra de Dios para nuestra conversión y así vencer las tentaciones de la vida. “Reflexionemos sobre lo que significa la conversión teniendo como telón de fondo las lecciones aprendidas durante estos largos meses de aislamiento; meditemos sobre las tentaciones concretas que nos acosan en este momento”. De esta manera estaremos preparados para vivir con mucha intensidad la semana santa como preludio de la pascua eterna.

Comunicación y Prensa, Diócesis de Ciudad del Este