Homilía: Domingo V Ordinario Ciclo C

Las Lecturas que la Liturgia nos ofrece hoy presentan temas claves sobre la Vocación y la Misión de la Iglesia en el mundo, sobre todo indica cual es el contenido de la revelación que debe ser transmitido con Fidelidad.


La Primera Lectura del libro de Isaías (Is 6, 1-2a. 3-8), es una escena llena de simbolos teológicos donde se revela la acción de Dios amoroso sobre su escogido. Lo que Dios escoge para su instrumento de Gracia no son seres inmaculados, más bien son seres que presentan debilidad, fragilidad humana y muchas limitaciones que son curadas con la Gracia de Dios. Un ejemplo la tenemos en el libro del Profeta Isaías donde a través de los Serafines que le toca la boca queda purificado: «Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tus pecados». Dios purifica y capacita a sus elegidos para una Misión.


La Segunda Lectura (1Cor 15, 1-11), es una advertencia para tener cuidado sobre el mensaje que debe ser transmitido. San Pablo nos recuerda que él transmite lo que ha recibido: «que Cristo murió por nuestros pecados según las escrituras; y que fué sepultado y que Resucitó al tercer día…».. Por tanto, esto es lo que la Iglesia debe anunciar a través de los pastores y todos los agentes de pastoral.


El Evangelio (Lc 5,1-11), con el relato de la pesca Milagrosa nos enseña que el fruto de la labor evangelizadora es obra absoluta de la intervención de Dios. «Maestro hemos estado pescando toda la noche y no hemos recogido nada, pero, por Tu Palabra, echaré las redes»


1- Dios nos llama para una Misión
Las tres Lecturas nos presentan un tema en común, se trata de personas llamadas por Dios para una Misión.
Isaías, en la Primera Lectura escucha la Voz del Señor: » ¿a quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros? Contesté: Aquí estoy Señor, mándame». De igual manera la Segunda Lectura presenta a San Pablo como instrumento de la Gracia de Dios que recibió el mandato de transmitir lo que ha recibido, que según las Escrituras «Cristo fué sepultado y que Resucitó al tercer día según las Escrituras y que se apareció a Cefas y más tarde a los doce…»
El Evangelio con la escena de la pesca Milagrosa, revela el llamado que hace Jesús a sus Discípulos para ser en adelante pescadores de hombres. «Simón no temas, en adelante serás pescador de hombres».
Toda Vocación tiene como Fuente la iniciativa de Dios, por tanto, Dios no llama a seres perfectos inmaculados, más bien, llama a hombres frágiles y pecadores a lo largo de la historia. Dios, al elegir y llamar, les capacita y perfecciona poco a poco a sus elegidos, así lo hizo con Isaías, también con Pedro y Pablo. Los tres fueron elegidos no por su trayectoria o Buen curriculum, sino por la infinita Misericordia y Amor de Dios para Servir anunciando la Buena Nueva.


2- El Mensaje que debe transmitirse
La Segunda Lectura de la Primera carta de Pablo a los Corintios, determina el mensaje que debe proclamar la Iglesia. Dice san Pablo: “Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que Resucitó al tercer día”. Por eso debemos afirmar que el contenido central de la predicación de la Iglesia es la muerte y resurrección del Señor; así lo vivió la Iglesia Apostólica y así lo ha enseñado la Tradición de la Iglesia, así debe ser anunciado por todos quienes hemos sido llamado por Dios.


Los agentes de Pastoral deben tener claridad sobre lo que anuncian, es decir, lo que se anuncia es la Persona de Jesucristo, el Señor. Fácilmente los miembros de la Iglesia que tienen la voz y los medios de comunicación, pueden perder el foco de la Evangelización hablando de otros temas ajenas a la verdad revelada.


No olvidemos del compromiso a la que hemos sido llamado, que debemos transmitir la persona de Jesucristo muerto y Resucitado por nuestros pecados y su Mensaje. Debemos utilizar todas las herramientas pedagógicas y las estrategias de comunicación para promover un mayor conocimiento de Jesucristo. Esta labor Apostólica debe estar con mucha claridad en la mente y en el corazón de todos los Consagrados: Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Religiosos, Laicos. Creo importantante reiterar la gravedad de la labor de los catequistas como anunciadores de la Buena Noticia.


Conclusión
Que esta breve reflexión sobre la vocación de todo Bautisado y el mensaje que debe ser transmitido, ilumine y fortalezca la Misión de la Iglesia en su tarea Pastoral.


Que todos tengamos con Claridad lo que es central de la Verdad revelada para cuidar el depósito de la Fe y la Revelación; transmitirlo con valor, convicción y Esperanza en la Gracia de Dios que hace surgir los frutos de su Amor transformando la vida la Familia y la sociedad.

Por: Pbro. Ángel Collar

Ciudad del Este, 05 de febrero de 2022

Oficina de Comunicación y prensa, Diócesis de CDE






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