Con gran éxito se llevó a cabo el XVII Congreso de Parejas Guías en Ciudad del Este con la participación de matrimonios de 27 parroquias de nuestra diócesis.
Este domingo 25 de agosto se realizó el XVII Congreso de Parejas Guias en el Centro Cultural Mangoré de Ciudad del Este con el lema: “Familia que reza unida, permanece unida”
La Misa de apertura fue presidida por Mons. Pedro Collar, Obispo de la Diócesis de Ciudad del Este y concelebrada por el Pbro. Ernesto Zacarías y el Diácono Permanente, Alejandro Bogda.
En su homilía el obispo valoró el esfuerzo de los organizadores del congreso como así también agradeció el servicio y testimonio de las parejas en la pastoral familiar. “Les animo a que sigan siempre adelante en tan precioso servicio de preparar con tanto amor y delicadeza a los que se van a casar”, agregó.
El prelado también expresó que “los matrimonios y las familias necesitan atención pastoral, necesitan dedicación y acompañamiento. En muchas de nuestras parroquias es una asignatura pendiente el acompañamiento pastoral específico de los matrimonios y las familias. Pensemos además en el acompañamiento de parejas y familias en crisis, en el apoyo a los que se quedan solos, a las familias pobres, a las familias desestructuradas. Muchas familias necesitan que se les ayude a descubrir en los sufrimientos de la vida el lugar de la presencia de Cristo y de su amor misericordioso. Ojalá que este Congreso impulse a generar oportunidades para acercarse a las familias, para que no se sientan solas ante las dificultades, para caminar con ellas, escucharlas y emprender iniciativas pastorales que las ayuden a cultivar su amor cotidiano, como su camino hacia la santidad, a la perfección en el amor”
Por otro lado agregó que “necesitamos de un cambio de mentalidad”. “Los matrimonios y las familias no son sólo destinatarios de la pastoral sino que están llamados a ser sujetos activos de la pastoral familiar. Las familias pueden aportar mucho a toda la sociedad y a la Iglesia, por lo que deben ser reconocidas e involucradas activamente en la pastoral ordinaria de las parroquias y de la diócesis”.
Y, por último concluyó diciendo que para rezar en familia se necesita sencillez. “Rezar, por ejemplo, juntos, el “Padrenuestro”, alrededor de la mesa, no es algo extraordinario: es fácil. Y rezar juntos el Rosario en familia, es muy bello, da mucha fuerza. Y rezar también el uno por el otro: el marido por la esposa, la esposa por el marido, los dos por los hijos, los hijos por los padres, por los abuelos… Rezar el uno por el otro. Esto es rezar en familia, y esto hace fuerte a la familia: la oración. “Familia que reza unida, permanece unida”. La oración en familia lleva a la comunión con Dios, pero también prepara para un mayor involucramiento en la misión”.
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