Queridos sacerdotes, diáconos y agentes pastorales
En este año de pandemia se han hecho muchos esfuerzos para seguir con alguna forma de catequesis, por teléfono, por medios virtuales, la televisión o pequeños encuentros. Agradecemos el esfuerzo de todos en esta misión evangelizadora. Todavía no sabemos cómo será la situación sanitaria en los próximos meses. Por eso los responsables de la catequesis en la Diócesis – el P. Darío Britos y equipo – recomiendan no celebrar este año las primeras comuniones y confirmaciones, salvo excepciones a juicio del cura párroco. Yo doy mi acuerdo a esta orientación, la cual ya se ha expresado también a nivel nacional.
Referente al rito para recibir la santa comunión cabe decir lo siguiente. El pan y el vino se convierten en la santa misa en el cuerpo y la sangre de Cristo y son desde este momento objeto de nuestra adoración, son lo más sagrado que conoce nuestra fe. Jesús está corporalmente presente como en aquel tiempo en Israel, antes y después de su resurrección.
Hagamos los gestos de reverencia que nos vienen del corazón y la liturgia nos indican. Excepcionalmente, durante este tiempo de alto peligro de contagio por el coronavirus se debe “evitar la distribución de la comunión de una manera que supone colocar la hostia en la lengua de cada feligrés y beber todos de la misma copa”, según el protocolo accesible en la página de la Conferencia Episcopal Paraguaya y confirmado el 26 de junio en nuestra diócesis. Es importante explicar la actual situación excepcional a los feligreses.
Si algún sacerdote se encuentra con dificultades en la aplicación de estas normas, no dude en tomar contacto con los obispos o sus representantes. En varios casos ya se han podido encontrar soluciones adaptadas a la situación.
¡Que Dios nos bendiga en estos tiempos de prueba y conversión para que respondamos a su voluntad, y que la Virgen y los santos intercedan por nosotros!
Mons. Guillermo Steckling
Obispo de la Diócesis de Ciudad del Este
[Comunicado 25/07/2020](0)
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