El pasado 15 de diciembre, bajo un radiante sol y el espíritu vibrante de la comunidad, concluyó la Misión de Verano de los seminaristas de nuestra diócesis. Esta emocionante experiencia comenzó con una emotiva misa de envío el 09 de diciembre, presidida por Mons. Pedro Collar, Obispo de la Diócesis de Ciudad del Este, quien bendijo a los seminaristas en su labor misionera.
Acompañados por el Pbro. Juan Ramón Paredes, asesor de la Pastoral Vocacional, estos jóvenes valientes se lanzaron a las calles con una misión clara: llevar la palabra de Dios y el amor a cada rincón.
La misión se llevó a cabo en dos frentes: un grupo se dedicó a las visitas en la Parroquia San Agustín, donde compartieron momentos significativos con los habitantes del barrio que lleva su nombre. El otro grupo se trasladó a la Parroquia Virgen del Rosario, extendiendo su mano amiga al barrio Pablo Rojas. Con gran entusiasmo y dedicación, ambos grupos ofrecieron apoyo espiritual y escucharon las historias de las familias.
El esfuerzo no fue en vano. Sacerdotes comprometidos se unieron a esta noble causa, confesando, celebrando la Eucaristía y también visitando a enfermos. Juntos, formaron un equipo que no solo proclamó la palabra de Dios, sino que también trajo consuelo y alegría a quienes más lo necesitaban.
Con cada visita, los seminaristas reafirmaron su compromiso con el servicio y su deseo genuino de ser instrumentos de paz y amor en sus comunidades.
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