En un día como hoy, 10 de julio de 2015, a pocos minutos de las 15 horas, aterrizaba el avión que traía al Papa francisco de visita a nuestro país, trayendo su mensaje de paz y esperanza para todos los paraguayos.
El sucesor de Pedro paralizó con su presencia el país por tres días. Miles de paraguayos peregrinaron para ver a Francisco como así también peregrinos de los países vecinos.
En esta entrega compartiremos algunos de sus frases más resaltantes.
– La fe sin solidaridad es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos.
– La oración hace emerger aquello que vamos viviendo o deberíamos vivir en la vida cotidiana.
– Sobre sus hombros de madres, esposas y viudas, han llevado el peso más grande, han sabido sacar adelante a sus familias y a su país, infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza de un mañana mejor. Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América.
– Qué no cese ese esfuerzo de todos los actores sociales, hasta que no haya más niños sin acceso a la educación, familias sin hogar, obreros sin trabajo digno, campesinos sin tierras que cultivar y tantas personas obligadas a emigrar hacia un futuro incierto; que no haya más víctimas de la violencia, la corrupción o el narcotráfico. Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados no es verdadero desarrollo.
– ¡Hagan lío! Pero también ayuden a arreglar y a organizar el lío que hacen. Las dos cosas: hagan lío y organícenlo bien. Un lío que nos dé un corazón libre, un lío que nos dé solidaridad, un lío que nos dé esperanza, un lío que nazca de haber conocido a Jesús y de saber que Dios, a quien conocí, es mi fortaleza. Ese es el lío que (pido que) hagan.
– El conflicto existe: hay que asumirlo, hay que procurar resolverlo hasta donde se pueda pero, pero con miras a lograr una unidad que no es uniformidad, sino que es unidad en la diversidad. Una unidad que no rompen las diferencias, sino que las vive en comunión por medio de la solidaridad y la comprensión”.
– No tengan miedo de dejar todo en la cancha. Jueguen limpio, jueguen con todo. No tengan miedo de entregar lo mejor de sí. No busquen el arreglo previo para evitar el cansancio, la lucha. No coimeen al réferi.
– La patria primero, después mi negocio. ¡La patria primero!
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