Mons. Guillermo: En este tiempo estamos llamados a buscar lo esencial

Mons. Guillermo Steckling a través de un video expresa que en este tiempo “somos llamados a ir a lo esencial, transmitir lo más profundo de nuestra fe, ir al grano”. Así también explica por qué es mala la corrupción.

El obispo inicia su mensaje explicando que debemos buscar lo que realmente importa: “En este tiempo que vivimos somos llamados a ir a lo esencial, y ¿qué es esto? lo básico, lo fundamental, es tener algo que comer, la salud, la unidad entre familiares y vecinos, también existen cosas espirituales de la fe que son de primera importancia”.

Así también explica que en estos días estuvo leyendo un libro con “pequeños aportes de catequistas de toda América Latina” e incluso habló del aprendizaje que ha dejado la pandemia en países como España y EE.UU: “¿qué han aprendido en este tiempo de pandemia? ¡y muchas cosas! la importancia de la familia para transmitir la fe, el uso de los medios de comunicación. Han aprendido la importancia de estar en contacto directo, no perder este contacto, pero, finalmente, llegan a un punto mucho más importante todavía…, este es el tiempo de transmitir lo más profundo de nuestra fe, ir al grano, Dios nos ha hablado. En Jesucristo nos ha mostrado su amor hasta la cruz. Cristo resucitó, nos da nueva vida, transmite su espíritu a todos nosotros, forma la iglesia y el resultado son tantos santos, y la Virgen María es el mejor testigo de esta santidad; eso es lo más profundo de nuestra fe y si lo sabemos reconocer ya no vamos a discutir demasiado cosas secundarias que pueden ser importantes en su momento, pero no ahora en estos tiempos de emergencia”.

LA PERSONA QUE PRACTICA LA CORRUPCIÓN PIERDE LA PAZ CON DIOS Y CON SU CONCIENCIA
En este punto Mons. Guillermo explica por qué es mala la corrupción: “En este tiempo también se ha cuestionado mucho más que normalmente la corrupción, ya queremos que esto cambie, y aquí también conviene ir a lo esencial ¿por qué es mala la corrupción? bueno…, porque me hace daño, no puedo perder mi empleo, me puede perjudicar incluso en la salud, pero…, la corrupción es mala, porque la misma persona que se hace responsable de la corrupción pierde la paz con Dios, pierde la paz de su conciencia, ¿con qué cara se puede presentar ante sus propios hijos?”.

El obispo también mencionó que el “Karaku de la cuestión es convertirnos, echarnos en los brazos de la misericordia”: “Es una destrucción muy grande ser un pecador y además corrupto. Estamos llamados en este tiempo a convertirnos, echarnos en brazos de la misericordia, no existe un ser humano que nos ame tanto como Dios nuestro creador. Lo esencial es ser hijo de Dios muy querido y portarse como un prójimo con los demás”, concluyó.

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