“Yo soy el Buen Pastor”

Hoy celebramos el día del Obispo, la liturgia nos presenta la figura de Jesús como buen pastor que conoce a las ovejas. Esto nos invita a orar por los obispos, sacerdotes y las vocaciones sacerdotales, para que el Espíritu Santo inunde los corazones de los jóvenes que quieran dedicar sus vidas al servicio de los demás como ministros de su Iglesia.

Jesús el buen pastor se presenta con una característica bien particular: “Yo soy la puerta de las ovejas”, es decir, la identidad del auténtico pastor, quien establece una relación única con su rebaño.

El auténtico pastor entra por la puerta; los falsos pastores ingresan por otros medios. Todo sacerdote fue llamado a acompañar como pastor a las comunidades cristianas; no lo hace a título personal, ni está aquí para construir un proyecto de vida individual, sino para orientarlos hacia Dios.

Las palabras pronunciadas por los sacerdotes deben transmitir fielmente la buena nueva de Jesús; nuestra manera de comportarnos debe ser coherente con los valores del Reino. Esta es la pauta que traza Jesús cuando afirma “yo soy la puerta de las ovejas”.

1- El verdadero y falso pastor

Existe una especialísima comunicación entre Jesús y la comunidad: “las ovejas le hacen caso cuando las llama”, “él llama a las ovejas por su nombre y las va sacando”, “las ovejas lo siguen porque conocen su voz”.

Jesús   distinguió con toda claridad al verdadero pastor del falso pastor, éstos fueron aquellos líderes religiosos que habían traicionado su misión; por eso afirma que los que vinieron antes de él fueron ladrones y bandidos. Estas denuncias debieron caer muy mal a los jefes religiosos de Israel, que habían utilizado la religión para satisfacer sus intereses egoístas.

Podemos decir que toda persona que tiene una responsabilidad ante un grupo o una colectividad debe ser un buen pastor: los padres, los maestros, las autoridades, los líderes, un empresario, etc…

Un padre de familia es una figura principalísima de buen pastor, de él depende que sus hijos sean buenos ciudadanos, buenos cristianos, útiles para sí para la sociedad y su familia.

Un docente es un buen pastor en la medida de su dedicación a la docencia con excelencia responsabilidad y convicción en los valores humanos y cristianos que pueda introyectar en la conciencia de los alumnos creando actitudes valerosas.

Las autoridades tienen una multitud de ovejas que son los ciudadanos a quienes debe gobernar con justicia buscando siempre los medios para que haya mayor justicia, equidad y seguridad bajo su mandato.

Un líder tiene la gran responsabilidad de guiar orientar y direccionar a sus dirigidos por el sendero de la vida con actitudes humanas que reflejen los valores cristianos.

Un empresario tiene bajo su mando una buena cantidad de personas por lo tanto es un referente en muchas cosas, en ese sentido, como un buen pastor debe gobernar su empresa con justicia y equidad no solamente provechando la fuerza productiva del empleado sino también invertir en la promoción y crecimiento de sus colaboradores.

También podemos hablar del falso pastor aplicando a los padres irresponsables, maestros mediocres, autoridades egoístas, corruptos y con falta de visión para el bien común, lideres con personalidad súper estrella que únicamente mira sus intereses. Empresarios que solamente busca acrecentar sus riquezas descuidando la promoción integral de sus colaboradores. Sacerdotes que solamente buscan lo material u otras cosas ajenas a su misión.

2- Somos ovejas ante el Supremo Pastor

A la par de ser pastor, todos somos ovejas del único buen pastor por excelencia. No hay que olvidar, que, somos ovejas de Jesús buen pastor: ¿cómo estamos actuando ante nuestro pastor, le conocemos, le escuchamos, le seguimos o de lo contrario nos dispersamos siguiendo a falsos pastores?

Como ovejas obedientes estamos invitados a seguir la voz de nuestros pastores los obispos de la Iglesia, el magisterio, las cartas pastorales, las encíclicas, etc…

Hoy día con la facilidad que se tiene con internet, fácilmente se sigue cualquier figura que aparece con sus ideas atractivas en las redes sociales con sus propuestas y doctrinas personalizadas o con intereses bien direccionados hacia un grupo u organización. Es necesario estar alerta ante la variedad de ofertas y demandas en lo que ofrecen libremente las redes sociales que no siempre son acertadas.  Una oveja que busca seguir a su pastor tiene todo para no desorientarse: la Iglesia con sus pastores quienes interpretan las Escrituras, la tradición y nos presentan el Magisterio oficial para guiar, iluminar, enseñando, gobernando, santificando al pueblo de Dios.

3- Plegaria por los pastores

En esta fiesta del buen pastor la Iglesia nos invita también a orar por las vocaciones sacerdotales:

Pedimos que el Espíritu Santo mueva el corazón de los jóvenes y descubran el sacerdocio como una posibilidad interesante de realizarse como seres humanos. Oremos para que sus vidas personales sean testimonio transparente de los valores del evangelio. Imploremos la luz del Buen Pastor para que los jóvenes reciban una buena formación cristiana ante tantas ofertas de lo falsos pastores que se presentan con ideologías, que los alejan de los valores humanos y cristianos.

Oremos con perseverancia por nuestros pastores: los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas que se consagran al servicio del Buen Pastor. Oremos por los padres de familia, los maestros, las autoridades, los empresarios y por todos aquellos que tienen cierta autoridad y liderazgo, para que puedan actuar testimoniando con sus vidas al único y verdadero Buen Pastor Jesús de Nazaret.

4- Seamos imagen del buen pastor

Que todos busquemos imitar al Buen Pastor, primero el Papa y los Obispos, después los sacerdotes y todo quienes consagran su vida al servicio de la Iglesia de Jesús. Que en este tiempo de incertidumbre que vivimos en  nuestro país, inspirados en el evangelio del buen pastor, Oremos para que estas elecciones nos traiga a autoridades que aman la patria y busquen administrar con equidad el bien común, pedimos para que haya paz y serenidad con la oración de san Francisco de Asís, en la que decimos: “donde haya odio, siembre yo amor…”, pidamos la iluminación del Espíritu Santo para que:

Donde haya angustia, pongamos consuelo y templanza.

Donde haya incertidumbre, sembremos la certeza el equilibrio y la prudencia

Donde haya descuido, desprolijidad e improvisación seamos agentes que siembre orden, confianza y disciplina sin imposición.

Donde haya pesimismo, sembremos una lectura positiva de la realidad donde se descubra oportunidades de transformación e innovación.

Donde haya inconciencia sobre los riesgos pongamos serenidad y capacidad de reflexión para sopesar la situación.

Donde haya intransigencia pongamos cordura, tolerancia y reflexión.

Donde haya dolor llevemos el alivio de la gracia de Dios.

Conclusión

En este día quienes creemos en el Señor resucitado buen pastor, anunciado por los Apóstoles y que ha llegado hasta nosotros mediante la predicación de la Iglesia, tomemos muy en serio la Palabra. A la luz de la Pascua de Jesús, debemos iluminar con nuestras palabras y testimonio esta noche oscura que vive nuestro país. Es el momento de exaltar valores tales como el bien común, el buen gobierno y la solidaridad, que este tiempo sea propicio para promover profundas transformaciones en nuestra sociedad. Tomemos en serio este llamado a ser ovejas y pastor al mismo tiempo que nos recuerda el Evangelio, y pidamos los dones del Espíritu Santo para que podamos sembrar mensajes positivos que neutralicen las actitudes y las palabras tóxicas que nos envenenan.

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